DARLE NOMBRE A LAS FORMACIONES DEL INCONSCIENTE

FORMACIONES DEL INCONSCIENTE

Abstract

La capacidad de alerta, de encontrarle un motivo a los fenómenos percibidos por los animales incluyendo a los seres humanos se manifiesta desde los tempranos momentos de la vida. La sensibilidad al movimiento, a la aparición o desaparición de un algo dentro del radio de los sentidos, los sonidos conocidos o extraños, los cambios de temperatura o humedad, los olores o sabores percibidos, llama fuertemente la atención de la mayoría de los denominados animales superiores. Ese interés por conocer lo exterior para tomar una posición activa de ataque, sometimiento o fuga ante la aparición del acontecimiento, está situado entre los procesos necesarios para la sobrevivencia, permitiendo a quien lo despliega, actuar en consecuencia, con el afán de preservar la vida, lograr el alimento para la subsistencia o encontrar compañía para el apareamiento. El o la sujeto humano llegan a diferenciar en cierta medida si un estímulo procede del interior o viene del medio externo; muchos, entre ellos otros animales, proyectan lo sentido dentro hacia afuera, proyectando, como un rayo de luz que atraviesa un cristal, sobre los otros del exterior, lo sentido en el interior y a veces atacan.